Retro-la

Todos estos días sin emitir palabra me dejan pasmada, agotada,cansadísima y hasta con dolores de cabeza. Las palabras que dejo sin decir, escribir,o descargar, automáticamente se me vuelven un estorbo, una puntada en la mente, una maldita piedra en un putrefacto zapato. Hay gente que es muy reservada, que no sería capaz de publicar en un blog las cosas que expongo yo, ya sean sentimientos, pensamientos, vida rutinaria, entre otras. Pero para mí, expresar es algo tan necesario como respirar. Tengo la necesidad de expulsar todo afuera, desde cosas serias e interesantes hasta vulgaridades, descaros, estupideces, incoherencias. Necesito compartir estas cosas, necesito debatirlas , como un intercambio de ideas, porque quizas a alguien le sirva lo que digo,quizas alguien aprenda algo por más inútil que se vea, quizas alguien me enseñe algo a mí. Aparte de eso, me gusta muchísimo escribir, y soy totalmente desenvuelta, deshinibida, espontánea: no tengo problema de nada, no me afecta que se sepa TODO de mí, fuere malo, bueno, asqueroso, chistoso. Soy una sinverguenza. Sí, y me encanta serlo. Y hay casos en los que al leer los textos que hago me hacen entender ciertos temas, razonar muchos otros, y hasta logro reflejar lo que soy. Cuando no escribo me siento monótona, sin sentido como vagina de monja. Pero si hay algo que me molesta bastante de cuando escribo, es que me voy TREMENDAMENTE por las hojas de la planta de marihuana...Ahora,teniendo en cuenta lo anterior, vuelvo al tema de mi estado físico saludable. La semana pasada me dí cuenta que soy un proceso de persona hipocondríaca, cada vez que siento algún malestar me autodiagnostico alguna enfermedad o algo negativo para mi salud, es como si siempre estuviera pensando en que mi cuerpo va a evolucionar de mala manera: Cuando se me dormían los pies creía que tenía un problema de circulación y que me iba a quedar paralítica cuando fuera grande. Cuando tenía una picadura extraña me castigué pensando que me había picado el dengue. Cuando me duele mucho la espalda digo que tengo una desviación en la columna y que cuando sea viejita voy a tener la cabeza a la altura de las tetas. Cuando recuerdo que me tienen que salir las muelas de juicio predigo que como no tengo mucho espacio para que salgan se me van a amontonar todos los dientes y muelas restantes hasta quedar chuequitos. Antes alusinaba que me estaba quedando sorda porque escuchaba el mp3. Cada vez que me atraganto con algo me preparo para morir porque tengo la idea de que el pedazo de comida me va a tapar las vías respiratorias y me voy a quedar sin aire hasta llegar a una absurda y nefasta muerte. Y ahora que tengo dolores de cabeza digo: No tendré migraña?. Agradezcan que no recuerdo los otros diagnosticos, porque es exasperante la forma en la que siempre o casi siempre creo enfermarme.

Cambiando de tema, antes de ayer me puse bastante mal cuando me enteré que falleció Fernando Peña, ya que por lo menos para mí, era un grande. Pero no quiero entrar en detalles sobre él porque no me pone de lo más feliz, tampoco tengo muchas ganas de detallar el dilema escolar porque me aburre, sólo les cuento que desaprové muchas materias así que en los trimestres restantes tengo que levantarlas. En la que mejor me va es en lengua, por fortuna y gracias a God (lo más estúpido es que el año pasado me la llevé a marzo por vaga). Por ende, quizas no esté TAN pegada a mi burbuja bloggera. Es que mi vieja me hecha con la excusa de que valla a estudiar aunque capaz no tenga ni qué estudiar (la minoría de los casos). Lo que me enoja es no encontrar mi cuaderno. Pero me cago en Perón, una vez que me conecto al blog no sé donde rayos y centellas archivé los putísimos textos, madre de dios, quién me manda a ser tan desorganizada? Al final, esa canción que me enseñaron en el jardín de infantes, la cual decía "a guardar, a guardar, cada cosa en su lugar" , no me sirvió de nada! Maldita memoria que no retiene nada. Aun así mis cosas nunca tienen un lugar definido, no tienen un lugar en sí, nunca estan en el escritorio, en el cajón, o en el placard, mis cosas siempre están -por ahí/por acá/por allá/por ahí abajo-. Y tengo esa manía de despilfarrar mis pertenencias por doquier, y más malo aún es tener la manía de que ME GUSTE. Porque desde lo más sincero, me encanta ser desordenada. Me molesta tener todo exactamente en su lugar, calculado perfectamente de una forma que llega a desesperarme. Odio tener la cama hecha, lo O-D-I-O! No me agrada la idea de llegar a mi habitación y ver algo tan vacío y desértico como una fría cama lisa sin arrugas ni dobleces con dos almohadones ubicados en la parte de la cabezera, que aburrido! Necesito la sabana desplegandose por un lateral, sin almohada si es posible, con objetos (desde frazadas y ropa, hasta libros,útiles, y comida) tirados en la parte de los pies, necesito un poco más de caos, algo que me guste visualmente. Y eso es lo que me gusta, aunque no entiendo muy bien cuál será la razón de que esto ocurra, digamos, qué clase de personas son amantes del desorden? Me retracto: parece que estuviera diciendo que está mal tener ese gusto cuando no quiero sonar así, es decir, debería estar mal que me encante el desorden? Hasta ahora no hay ninguna ley que lo diga, o que prohiba esa preferencia. Así que, here I go: Amo el desorden. Esto se une con que tengo una fascinación por las cosas rotas, estaré destinada a ser una linyera zaparrastra o qué?

Bueno, derepente tengo el enorme antojo de ir a ver a Cat Power, quiero ir, quiero ir, quiero ir y sé que no voy a ir un carajo por las fuckings notas del boletín.Ensima la entrada era bastante accesible (salía $80), y era en el gran rex. Pero prometo ir la próxima vez que venga, no me lo perdería por nada. En fin, alguien se dió cuenta que me fui demasiado de tema? Mejor finalizo acá.

(No valla a ser que me ponga a hablar de granos, de papá noel, de qué feo que está el día, o de que me pienso fumarme un pucho en el próximo minuto, porque creo que son cosas de muy poco interes)

Audio: Cocorosie- Butterscotch Firma: El intento de hipocondríaca.